Cómo evoluciona la regla a través de una vida
Para una mujer, la regla será una compañera de vida, mes tras mes, durante unos 40 años: desde la menarquía (primera menstruación) hasta la menopausia. Esta relación atravesará distintas etapas, en las que la menstruación, al igual que la propia mujer, irá cambiando.
Se atraviesan tres grandes etapas en la vida fértil de las mujeres. La primera etapa se inicia con la primera regla o menarquía y dura hasta los 18 o 19 años. Ahí empieza la segunda etapa, que se caracteriza por una regla más estable y duradera. Y a partir de los 45 años, más o menos, comenzará la premenopausia, que desembocará en la menopausia, o el cese de la regla, hacia los 50 años.
La edad de la primera regla suele situarse hacia los 11 o 12 años, aunque tampoco es extraño que comience en algún punto entre los 8 y los 16 años. Sin embargo, no ha sido siempre así: hay estudios que señalan que, debido al cambio en el estilo de vida, las niñas tienen la regla cada vez más pronto. En concreto, un estudio de 2009 llevado a cabo en Copenhague (Dinamarca) señalaba que la edad de la primera regla se había adelantado un año con respecto a la década anterior.
Hasta dos años antes del primer sangrado, las niñas empiezan a manifestar los primeros signos de la pubertad, como el crecimiento de las mamas o del vello púbico y axilar, así como un aumento de estatura. Una vez aparece la primera regla, es normal que esta se manifieste con cierta irregularidad durante unos años, hasta que los ovarios terminan de madurar.
«No es infrecuente que acudan las mamás preocupadas al ginecólogo o pediatra porque a su hija, a quien le bajó la regla a los 12 años y ha mantenido cierta regularidad, de repente sufre un parón a los 15 años y su regla se vuelve más irregular», asegura el doctor Calleja. Esto se debe a que el sistema que regula las hormonas aún no está maduro.
La segunda etapa
Este sistema termina de madurar sobre los 18 años. «Las reglas ya empiezan a ser regulares en las mujeres que no tengan ninguna patología de alteración hormonal, ovarios poliquísticos, etcétera», añade Calleja.
Esta etapa, que se mantiene hasta aproximadamente los 45 años, es la de mayor estabilidad y regularidad, aunque el volumen de sangrado, la duración y la frecuencia varían en cada mujer. «Se considera normal que la menstruación dure de cuatro a cinco días y que se produzca entre los 21 y 35 días», indica Calleja.
Aunque no se trate de una etapa propiamente dicha, y dependa de la voluntad de cada mujer, vamos a mencionar los cambios que se producen en la regla durante el embarazo, ya que la mayoría de mujeres buscan el embarazo —la cifra de mujeres que evita el embarazo por decisión propia se encuentra entre el 5% y el 10% del total, según las estimaciones de la socióloga Catherine Hakim— y, por el hecho de que la regla sea un tabú, apenas se habla de esos cambios.
Transcurridos los nueve meses de gestación —en los que no hay regla—, el nacimiento del bebé produce una revolución hormonal que pone en marcha el cuerpo de la mujer hacia su recuperación. Y, como parte de este proceso, aparecen los loquios, un sangrado, abundante en los primeros días y que puede alargarse varias semanas, por el que se eliminan los restos de la gestación que han quedado en el útero.
Una vez superado este sangrado y ya establecida la rutina con el nuevo bebé, ¿cuánto tarda la regla en volver? ¿Será igual a como era antes del embarazo? La respuesta, como ocurre con la mayor parte de los temas de salud, no es única: pueden pasar muchas cosas.
Por ejemplo, dependerá de si se da el pecho o no, porque las hormonas que controlan la producción de la leche, la prolactina fundamentalmente, inhiben la producción de estrógenos y progesterona, las dos principales hormonas implicadas en el ciclo menstrual.
Esto se debe, principalmente, a que el organismo centra sus esfuerzos en la crianza del recién nacido y, por lo tanto, trata de evitar que se produzca un nuevo embarazo mientras el primer bebé sea muy pequeño.
La ginecóloga Carmen Guillén, del Hospital 12 de Octubre de Madrid, señala que es habitual que durante los primeros meses de lactancia materna exclusiva no haya menstruación. «Sin embargo, es frecuente que reaparezca una vez pasados unos meses y cuando ya no sea la fuente única de alimentación para el bebé», explica.
Cuando se empieza a retirar la lactancia, o cuando se retira por completo, la regla puede tardar unos tres meses en volver. Y es posible que lo haga de manera algo irregular, aunque en dos o tres ciclos ya se normaliza.
«Aunque en general debe esperarse que las menstruaciones, una vez recuperadas, sean similares a cómo eran antes del embarazo, no es raro que algunas mujeres perciban algunos cambios», indica Guillén. Entre esos posibles cambios, la ginecóloga enumera tres fundamentalmente: en la regularidad, en la cantidad o en el dolor.
En cuanto a la regularidad, la ginecóloga Guillén menciona que «no es infrecuente» que algunas mujeres que antes del embarazo presentaban ciclos irregulares, de repente, vean que su menstruación se ha regularizado. En cuando a la cantidad, la doctora señala que es habitual que el sangrado se vuelva más abundante, probablemente por el aumento en el tamaño del útero. «La superficie de la mucosa interior del útero (endometrio) pudiera ser ligeramente más extensa y por tanto generar algo más de sangrado al desprenderse en la menstruación», apunta Guillén. Y, por último, en cuanto al dolor, es posible que después de un parto vaginal las reglas dejen de ser tan dolorosas como antes: «Al quedar el cuello del útero algo más abierto, puede evacuar más fácilmente ese sangrado, lo que disminuye la contracción uterina para expulsar la sangre», explica la experta.
Además, en aquellas mujeres que padecen endometriosis —una enfermedad ginecológica benigna que puede producir un dolor muy fuerte durante las reglas— el embarazo suele mejorar la evolución de esta afección.
Pero, como hemos mencionado antes, no hay una sola respuesta en los temas de salud, por lo que las reglas también pueden volverse más dolorosas tras el embarazo. La ginecóloga Guillén lo asocia al hecho de que el útero experimente contracciones dolorosas para expulsar una mayor cantidad de sangre.
La menopausia
Con el paso de los años, los ciclos tienden a acortarse. «Todo es debido a cambios en la ovulación y a la disminución en la producción de una de las hormonas femeninas en el ovario más maduro», explica Guillén. «Normalmente son cambios muy progresivos», añade.
Así pues, la etapa anterior se mantiene más o menos hasta los 45 años, y le siguen pequeños desarreglos menstruales, los baches amenorreicos, que marcan la transición hacia la menopausia.
La edad media de la menopausia para las europeas ronda los 51 años. La desaparición de la regla por el cese del funcionamiento de los ovarios, además, lleva aparejada diversos síntomas que apuntan al final de la etapa fértil en las mujeres.
Según informa la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), los síntomas más habituales, junto a la progresiva retirada de la regla, son los sofocos y el insomnio, un incremento de la grasa corporal, alteraciones en el ánimo y pérdida de masa ósea —osteoporosis—.
Sin embargo, en algunos casos también puede aparecer la conocida como menopausia precoz, o insuficiencia ovárica prematura, que es la pérdida de la función hormonal ovárica en una mujer menor de 40 años.
Desde la AEEM, explican que, si bien no existen datos sobre España, algunos registros americanos y europeos señalan que les sucede a entre el 1% y el 4% de las mujeres en edad fértil, aunque casi la mitad recuperará parte de la función del ovario de forma impredecible.
Fuente: https://elpais.com/elpais/2017/11/07/actualidad/1510058995_310150.html
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