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Aún puedes ser mamá: 4 historias de reproducción asistida y adopción (I)

La reproducción asistida es un tema que comparten miles de mujeres en todo el mundo y que, en el caso de México, atañe a 1.5 millones de parejas. Pese a que las causas son diversas, el factor más importante para no poder concebir es el retraso de la maternidad.

Según la mayoría de los expertos, la edad «ideal» de la mujer para tener un hijo es entre 18 y 25 años de edad, una vez que se llega a los 35 años se disminuye hasta en 50%, y después de los 40 baja hasta el 10 por ciento.

Cuando una pareja tiene relaciones sexuales regulares sin el uso de algún método de planificación familiar durante un año y no logra embarazarse, hay que pensar en que puede deberse a infertilidad.

Alrededor de 40% de las causas tienen que ver con la mujer (35% representa problemas de endometriosis), 40% con los hombres y un 20% son de origen desconocido.

Conoce las historias de Alejandra, Roxana, Marisol y Nancy, cuatro mujeres que sufrieron problemas de infertilidad y optaron por alguno de los procedimientos de reproducción asistida.

Alejandra y la fecundación in vitro

«A los 18 años me veía con 4 hijos cuando tuviera 30. Esto no ocurrió. Ese ‘hombre ideal’ no aparecía y yo quería formar una familia. Tuve relaciones largas, luego me quedé sin pareja y a los 35, cuando me iba a casar, rompimos el compromiso.

«Después llegó a mi vida Jesús, nos casamos y decidimos no tener hijos. Cuando faltaban 2 meses para cumplir 40 años, pensé: sí quiero ser mamá».

Aquí empieza la búsqueda de Alejandra Ramírez Segura, una mujer que pese a saberse en una edad complicada para concebir, se empeñó en lograrlo.

«Estás perfecta, me había dicho mi ginecólogo… Pero nada pasó, no pude embarazarme. Supuse que mi edad era el motivo, así que ambos nos sometimos a estudios y resultó que Jesús era el del problema, pues no producía espermatozoides».

El doctor sugirió una biopsia testicular en donde se encontró que sólo producía 5 espermatozoides entre los millones que deben existir. «Uno de esos 5 es Santiago, mi hijo».

Así, Alejandra y su marido se sometieron a una fecundación in vitro: «La prueba sólo confirmó mis sospechas, quedé embarazada en el primer intento.

«Quizá en 3 años le dé un hermano a mi hijo, pero sería un niño adoptado, es algo que quiero y que tengo muy claro», dice.

La fecundación in vitro es la extracción de espermatozoides y óvulos, previa preparación, para realizar la fecundación en un laboratorio. Los embriones permanecen en medios de cultivo dentro de incubadoras durante un máximo de 6 días, para hacer posteriormente la transferencia a la mujer.

Se recomienda para mujeres de más de 40 años, con daño tubárico, endometriosis moderada a severa, causas masculinas moderadas a severas y personas que no han logrado conseguir el embarazo con una inseminación.

Continuará la próxima semana…

Fuente: Nonantzin Martínez / CNN México

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