Unidos en la alegría y en la adversidad
Un tratamiento de infertilidad es de los dos, sea de quien fuere el problema, es tratamiento es de los dos. Por ello, la pareja tiene que estar completamente unida para empezar este proceso. Hace falta que los dos estén involucrados pues el futuro hijo es de ambos y si el tratamiento no tiene éxito, son ambos los que sufren el fracaso. La sociedad en torno a la temática reproductiva ha evolucionado y evoluciona, y estos comentarios son en muchos casos reliquias del pasado, la infertilidad se contempla cada vez más como un problema a superar en equipo, en que ambos miembros de la pareja trabajan por un objetivo común, así que por qué no reflejar en este espacio las implicaciones que tiene este apoyo mutuo en el éxito del tratamiento. Gracias a las técnicas de reproducción asistida, muchas parejas y mujeres solas son capaces de hacer realidad su sueño de ser madres y padres. Cada ciclo de reproducción lleva consigo un coste físico y emocional que no hay que menospreciar. Los hombres y las mujeres, a grandes rasgos, afrontan el diagnóstico de infertilidad de modo distinto, mientras las mujeres tienden a exteriorizar sus sentimientos, hay un porcentaje de la sociedad masculina que tiende a ser más reservado al respecto, independientemente de qué miembro de la pareja es quien tiene dificultades para lograr embarazo. Esto puede extrapolarse a las parejas homosexuales, si ambos miembros viven de forma distinta el tratamiento.
Una estimulación puede ser cosa de dos
En un ciclo de reproducción, la mujer se ve sometida a un desgaste físico sostenido en el tiempo, que se incrementa de manera exponencial si se requieren varios ciclos para lograr embarazo. El apoyo de la pareja es crucial, el acompañamiento y acercamiento a la mujer hacen que ella no se sienta sola ante el tratamiento. Aunque sea ella quien recibe la medicación físicamente, conceptualmente, es un tratamiento de la pareja. Es aconsejable que el hombre forme parte del proceso en todos los sentidos, tanto a la hora de preparar y administrar la medicación como en el momento de acompañarla, siempre que sea posible, a las visitas y procedimientos médico-quirúrgicos necesarios.
El entorno hace mucho
Existen investigaciones que afirman que la positividad frente a un tratamiento no provoca un mejor resultado clínico per sé, pero es claro que el apoyo de la familia y mucho más la actitud de la pareja frente al arduo proceso de un ciclo de reproducción asistida es clave para que la mujer que se está sometiendo a las diversas fases de un ciclo reproductivo, se encuentre con fuerzas externas que la sostengan cuando flaquee, o en cambio no se sienta respaldada y abandone la consecución del embarazo. Un entorno pro-embarazo y una pareja que entienda la reproducción asistida como un proyecto común será una ayuda más para el objetivo final: un hermoso niño sano en casa. fuente: reproduccionasistida.org
Sin comentarios