Esterilidad/Fertilidad

¡Que sofocos!

40 semanas apasionantes, llenas de cambios y al final el mejor regalo de la vida pero…hay días buenos, días regulares y días malos. Entre los regulares pueden encajarse los bochornos pues pueden dar en cualquier momento y pueden ser algo desagradables.

Los bochornos son debidos a la aceleración del metabolismo que conlleva la gestación, y son sufridos por las embarazadas como sensación repentina de calor, especialmente en las zonas del cuello, la cabeza y el pecho. Algunas gestantes también se sienten incómodas por la noche quejándose de “ pies calientes”.

Es totalmente normal experimentar estos síntomas, no debe confundirse con la fiebre, porque no existe un aumento de temperatura corporal, que en exceso sí podría ser peligroso, y pese a ser síntomas inocuos no por ello son menos molestos.

Fisiología del bochorno durante la gestación

Aunque no se conoce el mecanismo exacto, la aparición de esos arrebatos de calor, tal y como también les sucede a las mujeres perimenopáusicas, se relaciona con los cambios hormonales, que han sido hasta ahora rítmicos en cada ciclo y ahora cambian radicalmente.

En el inicio del embarazo se da una disminución de estrógenos, que recordemos tienen subidas y bajadas periódicas durante los sucesivos ciclos menstruales hasta que se produce la concepción y con el mantenimiento del endometrio por la progesterona que va secretándose desde el cuerpo lúteo, el resto del folículo donde maduró el óvulo en el ovario. En los primeros tres meses de embarazo, el folículo dejará de gobernar la secreción de progesterona y será la placenta la que se haga cargo de la situación.

Se produce un aumento de tamaño de la hipófisis anterior, parte de la glándula responsable de la secreción hormonal de corticotrofina, tirotrofina y somatotrofina y se reducen las concentraciones de hormonas LH y FSH por la acción de las hormonas producidas por el cuerpo lúteo y después la placenta.

Los sofocos o bochornos pueden darse en cualquier fase del embarazo, mientras que al inicio están más relacionados con el cambio de ritmo hormonal, conforme va avanzando la gestación se asocian más a cambios estéricos, la irrigación sanguínea aumenta, los órganos internos se recolocan para dejar sitio al protagonista indiscutible, el útero.

¿Cómo hacer frente a los bochornos en el embarazo?

Aunque la aparición de sofocos no sea perjudicial para la madre ni para el feto, hay algunas formas de intentar reducir su aparición o de aliviar sus síntomas

  • Beber abundante agua, para contrarrestar la sensación de acaloramiento
  • Tener preparado un atomizador con agua para el arrebato del bochorno
  • Cambiar los baños en agua caliente por tibia
  • Limitar las comidas picantes, que además pueden dar acidez estomacal
  • Evitar ejercicio físico extenuante, se aconseja la natación con moderación
  • Usar ropa ligera de algodón para propiciar la transpiración
  • Si se padecer de “pies calientes” se aconseja colocar un cubo de agua al lado de la cama y prevenir las molestias nocturnas

Así pues, aunque los bochornos son una reacción normal de nuestro cuerpo al gran cambio que está experimentando, y un mal menor pensando en quién lo está provocando, si hay sospecha de que los síntomas se agravan, o el acaloramiento pasa a ser febril, no se debe dudar en ir al médico.

 

fuente: reproduccionasistida.org

Sin comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *