Futuros papás: ya podéis empezar a ejercer
Aunque la paternidad nos llegue de pleno en el momento del nacimiento (puede incluso que horas o días después), al igual que la mujer embarazada los futuros papás ya pueden empezar a ejercer durante el embarazo.
Implicarse, en la medida de lo posible, en la gestación, hará que el padre se sienta más preparado, más unido a su pareja y al futuro bebé, al tiempo que ayuda a la mujer a pasar mejor esta etapa. Pero, ¿cómo se prepara un padre con éxito para la llegada del bebé?
Si pensabas que durante el embarazo todo el trabajo estaba hecho, desde luego hay que cambiar de parecer. Durante esta etapa, tanto tu mujer como el futuro bebé agradecerán que te impliques en muchos aspectos. Las visitas al ginecólogo, el seguimiento del diario del embarazo, la compra y preparación de la canastilla del bebé, las clases de preparación al parto…
Hay muchos momentos para ser partícipe, y cuantos más conozca el papá, más preparado estará para la llegada del bebé.
Participar en la “agenda” del embarazo
Puede que tu pareja se haya hecho la prueba del embarazo a solas, pero si nos es así, intenta estar presente en el momento de conocer el resultado. Desde este primer momento se puede marcar la diferencia entre un futuro papá implicado y otro que no lo está.
A partir de este momento, hay otras fechas clave a lo largo del embarazo: la primera visita al ginecólogo, la primera ecografía, la de alta resolución, los monitores… Marca esas fechas en la agenda e intenta hacerles un hueco.
Las emociones del futuro papá
Es muy importante para la “mentalización” del papá hablar con el bebé desde que está en la barriga. Evidentemente, al principio resulta extraño (nada hace pensar, externamente, que haya una vida gestándose ahí dentro), pero cuando avancen los meses y la barriga se haga evidente, notemos los movimientos del bebé… sabremos que está más cerca.
Si a la madre le beneficia mantener ese contacto con el bebé, lo mismo sucede con el padre: pronunciar el nombre del pequeño, acariciarlo a través del vientre de mamá, escuchar o “ponerles” música… son gestos sencillos y muy valiosos, también para dar confianza a la pareja y muy relajantes.
La estimulación del bebé comienza en el vientre materno, pero no se trata de que nuestros hijos sean más inteligentes o tengan más facilidad para las matemáticas o los idiomas como últimamente está de moda promover, sino simplemente de establecer cierta conexión con el bebé y reforzarla con la pareja.
En este apartado también es importante destacar que compartir las dudas del padre con la pareja, compartir sus emociones, animar a la madre a que le hable, exprese también sus emociones y dudas, escuchar… va a aproximarnos más a nuestro papel de futuros padres.
Preparando la llegada del bebé en casa
No solo es tarea de la mujer conocer las tallas de ropa de bebé o de pañales. El “síndrome del nido”, aunque sea más propio de mujeres (porque ellas llevan al bebé y en parte porque suelen disponer de más tiempo antes del parto en el caso de estar de baja y encontrarse con las fuerzas suficientes), no es extraño a los hombres, o no debería serlo.
Creo que el hombre debe reivindicar su papel en la tarea de comprar la ropa del bebé, el cochecito o preparar la casa y la habitación…
Personalmente considero que aquellos hombres que “delegan” todos estos asuntos en sus mujeres (por comodidad, desgana o porque sus mujeres desean encargarse ellas solas) se están perdiendo una parte bonita que hace a sus hijos más “reales” antes de nacer. Lo mismo si hablamos de conseguir que nos presten la ropa o los utensilios necesarios para el bebé.
En general, la futura mamá prefiere pensar que no es solo asunto suyo este tema porque, si empezamos así, y exagerando un poco el tema… ¿quién nos asegura que en el futuro también serán asuntos nuestros y solo nuestros cambiar al bebé, bañarlo, hacerle la comida, levantarse cuando llore por la noche, llevarlo al colegio… Además, pensemos que si hemos dejado estas tareas para el final del embarazo será una gran ayuda, ya físicamente hablando, para la mujer, compartir estos asuntos.
Las clases de preparación al parto
Las clases de preparación al parto no es cosa solo de mujeres. Por supuesto, podemos escoger al acompañante que deseemos, y generalmente es el padre. Resulta muy enriquecedor para la pareja aprender sobre fisiología del parto o los cuidados del bebé, y también compartir la experiencia con otras parejas que están en nuestra misma situación.
Tomar notas si es necesario para aprender el tipo de respiraciones durante las contracciones o la manera en que han de hacerse los pujos puede ser muy útil para no olvidar estos temas en el momento del parto, donde el papá podrá estar y además se más útil.
En estas clases de preparación al parto también nos enseñan cómo limpiar el meconio o cuidar el ombligo, algo que muchas veces hace el papá en primer lugar porque la madre está agotada tras el parto.
Realizar los ejercicios preparto con la futura mamá, salir a caminar con ella… es muy recomendable y hará que la futura mamá emprenda esa actividad tan importante para su salud y la del bebé con más ganas.
El parto también es tuyo
El padre no es un mero espectador en el parto. Está claro que el trabajo más grande de nuestra vida vamos a hacerlo las mujeres, pero los acompañantes tienen mucho que aportar en este momento.
Tú estarás ahí en ese momento, y no deberías estar perdido sin saber qué está sucediendo y cómo es aconsejable actuar en ese momento crucial. El hombre puede ayudar de muchas maneras a la mujer durante el parto, pero estaría bien saber sobre ellas y no improvisar ni acabar siendo un testigo pasivo del nacimiento de tu hijo.
Un momento, por cierto, también crucial para el bebé. Por lo que conocer qué le está pasando al pequeño en ese momento, qué es lo que necesita, es fundamental. Y aunque pensemos que el instinto nos proporcionará todo lo necesario para saber cómo actuar en cada momento, unas “lecciones” de anatomía y enfermería no nos vienen nada mal.
Como veis, futuros papás, podéis empezar a ejercer de padres mucho antes de que nazca el bebé. Será muy gratificante para la pareja y cuando llegue el gran momento, estaréis más preparados para recibir a vuestro hijo, inmersos en una paternidad consciente.
Fuente: Bebés y más
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